Dr. Marcelo Rubinstein

Entrevistas
Investigador del Instituto en Investigaciones en Ingenieria Genética y Biología Molecular (INGEBI), National Council of Science and Technology (CONICET), Argentina, y es Profesor Adjunto del Departmento de Biología, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

El Dr. Marcelo Rubinstein es Investigador, Instituto en Investigaciones en Ingenieria Genética y Biología Molecular (INGEBI), National Council of Science and Technology (CONICET), Argentina, y es Profesor Adjunto del Departmento de Biología, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Sus proyectos de investigación se concentran en la regulación transcripcional del gen de proopiomelanocortina en el cerebro y en estudios funcionales de los receptores de dopamina D2 y D4 en el sistema nervioso central, utilizando genética molecular en ratones.

¿Cómo llega un químico a relacionarse con los animales de laboratorio?

Estudié Química Biológica en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires porque al terminar el colegio secundario quería entender lo que en esa época (1979) yo llamaba un poco ingenuamente “la química del cerebro”. Casi estudio medicina pero me pareció importante empezar por lo más difícil. La química me resultó apasionante pero las vueltas de mi formación me fueron alejando del típico trabajo de químico, aunque creo que tiendo a analizar todos los problemas como si se trataran de reacciones moleculares. El doctorado lo hice en farmacología de receptores de dopamina en el cerebro de ratas y ratones. Mis conocimientos en neurotransmisores y neuroquímica se ampliaron mucho en los años postdoctorales en EEUU a donde llegué durante el boom de la biología molecular. Ahí empecé a estudiar los mecanismos de activación de genes en el cerebro y una herramienta muy poderosa e insustituible para lograrlo es a través del análisis de ratones transgénicos. A principios de los ‘90 no existían en todos lados las “central facilities” así que aprendí a hacer mis propios ratones, a manejar grandes números de animales y a pasarme largas horas en el bioterio. En 1991 empecé a poner a punto las técnicas para hacer ratones mutantes utilizando células embrionarias y logré hacer los primeros mutantes un par de años después. Desde que empecé mi doctorado, hace justo 20 años, que vivo rodeado de ratones.

¿Por qué trabaja en Argentina cuando la mayoría prefiere hacerlo en el primer mundo?

Porque prefiero vivir en Argentina. Es verdad que el desarrollo de la ciencia y la dinámica de la investigación científica son mucho más potentes en el primer mundo pero hay momentos en la vida de cada profesional en donde se toman las decisiones en función de dónde uno quiere establecerse.

¿Cuáles son las principales ventajas y desventajas de trabajar en Argentina?

Las ventajas de vivir en la Argentina no pasan precisamente por el trabajo. Los presupuestos de Ciencia y Técnica son bajos, los laboratorios son pequeños y en muchos casos obsoletos, el parque instrumental insuficiente y desactualizado, los salarios bajos y la masa crítica, crítica.

¿Cómo ve la situación de los bioterios latinoamericanos?

En su conjunto la situación es de gran atraso pero en los últimos años se comenzó a notar una cantidad de esfuerzos individuales por adecuar las condiciones de trabajo y cría de animales de laboratorio a los estándares internacionales. Hace poco escribí un pedido de subsidio para la modernización de un bioterio universitario en la ciudad de Buenos Aires y conté un viejo chiste que cuenta Woody Allen al comenzar su película Annie Hall. Dos mujeres salen de un restaurant y una le dice a la otra: -Qué mala es la comida en este lugar! – Si, lo sé –agrega la otra- y para colmo las porciones son pequeñas. En los bioterios que funcionan inadecuadamente la calidad de los animales producidas es baja y el porcentaje de animales que llegan sanos a adultos es escaso. En general observo un gran rechazo por parte de las autoridades de ciencia y técnica y de muchos investigadores en invertir cantidades significativas para el mejoramiento de los bioterios. Hay un gran interés en comprar equipamiento y reactivos sofisticados para estudiar parámetros moleculares, bioquímicos o fisiológicos en animales que están enfermos, parasitados o contaminados. Mientras los investigadores no terminen de comprender que el animal de laboratorio es el eslabón primario en la cadena de generación de conocimiento, los datos obtenidos carecerán de la rigurosidad científica necesaria y el dinero invertido será malgastado. Últimamente han aparecido ejemplos notables en nuestro continente como los del Centro de Estudios Científicos en Valdivia, el Instituto Pasteur-Montevideo, el Centro de Producción Animal de Riberao Preto y la Escuela Paulista de Medicina de San Pablo que junto al pionero Centro de Producción de Animales de Laboratorio de La Habana son los de mayor jerarquía continental. En la Argentina se destaca el bioterio de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata y otros pocos que lograron mejoras importantes pero que deberían ser profundizadas. Estos centros son de gran importancia no sólo porque producen animales de muy buena calidad sino también porque son formadores constantes de recursos humanos especializados y sirven de faros ejemplares para ser imitados y superados por tantas universidades e institutos de investigación y control que aún trabajan con metodologías que tiene 30 y hasta 40 años de atraso en el manejo de animales de laboratorio.

Rubinstein

¿Qué opinión tiene de la carrera de técnicos para bioterio?

Es fundamental. A la maestra de muchos de nosotros, Adela Rosenkranz, le escuché decir repetidamente que los pilares del buen funcionamiento de un bioterio están dados por los procedimientos operativos estandarizados, los famosos POEs. Un centro de investigación podrá tener el bioterio mejor construido, la tecnología más moderna y robusta y contar con un presupuesto holgado pero sólo conseguirá niveles altos de producción y funcionamiento si cuenta con personal altamente calificado y motivado para desarrollar el conjunto de tareas sincronizadas que se realizan permanentemente. La calidad del personal de un bioterio define la calidad del bioterio más que cualquier otro parámetro. Se puede funcionar temporariamente con recursos edilicios, tecnológicos o financieros que estén un poco por debajo de los necesarios pero jamás con gente que no sabe lo que está haciendo, que no le importa porqué lo hace o que no le gusta su trabajo o no entiende su importancia. La carrera de técnicos de animales de laboratorio es FUNDAMENTAL, así con mayúsculas. Y también es fundamental que forme técnicos excelentes y que los egresados puedan ejercer sus conocimientos con responsabilidad y reciban salarios acordes a esa formación y responsabilidad. La tarea desarrollada por la Dra. Berta Kaplun para crear la escuela de técnicos ha sido de tremenda importancia y así como la necesidad actual por continuar con ese esfuerzo.

¿Cuál es su motivación para participar tan activamente como docente en cursos y conferencias?

Por un lado es muy importante que los profesionales y técnicos experimentados transmitamos nuestros conocimientos y perspectivas a nuestros colegas y a estudiantes más jóvenes. En segundo lugar, porque me gusta participar de encuentros en donde no sólo yo tengo cosas para decir sino muchas que escuchar y aprender y en tercer lugar porque la disciplina en la que trabajo me gusta mucho y es siempre muy estimulante para mi poder transmitir ese entusiasmo.

¿Qué palabras les diría a los jóvenes que están iniciando su labor con animales de laboratorio?

Es una disciplina clave porque el descubrimiento de la causa y cura de enfermedades, la producción de anticuerpos y el análisis de fármacos, entre otras cosas, depende del uso de animales de laboratorio. El manejo apropiado de los animales de laboratorio tiene una importancia crítica tanto para validar la calidad científica de los resultados obtenidos como por su componente ético y moral. Trabajar con animales de laboratorio implica una gran responsabilidad y hay que aprender a hacerlo bien. Es importante conocer los motivos que justifican el uso de una determinado esquema experimental y tener siempre presente que satisfacer las demandas de los investigadores es sólo una parte del trabajo, la más importante es que los animales que participan de los experimentos sean bien tratados en todo momento garantizando su bienestar general y la reproducibilidad de los resultados obtenidos mediante su uso.

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Seguiremos ofreciendo un espacio para todos aquellos que quieran participar y colaborar en esta cruzada educativa, porque tenemos muy claro que estaremos constantemente: “Aprendiendo de los Animales de Laboratorio”.

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