ExpoBioterios2023: Capítulo 2

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Jueves 15 de junio:

El día empezó muy mal o más bien no empezó. La idea era bajar y desayunar con el grupo alojado en el Hotel Geneve. En un sector un tanto bizarro, ya que hay unas jaulas gigantes con pájaros, algo realmente llamativo en los tiempos que corren y más si se trata de un hotel internacional 5 estrellas.

El teléfono me despertó (una vez más), no era una buena señal, escuché la voz de Hernán, inmediatamente revisé el celular, tenía que estar en la calle subiendo al transfer junto a los profes pero no, estaba tirado en la cama, corriendo al baño, quería hacer todo junto para ahorrar el máximo tiempo posible para recuperar el tiempo perdido.

Mi atraso forzó a cambiar los planes. Pasamos por el hotel Novo Coapa a buscar al grupo de becados. No entrabamos pero nos apretamos en el transfer para seguir camino a la Universidad.

El día empezó con una charla virtual. Javier Guillén habló sobre “Acreditación AAALAC: Hallazgos Típicos y Mejoras del Programa”. Siempre es un gusto escucharlo a Javier.

Después fue el turno de Fernando Benavides. Diez años atrás habíamos coincidido en el Congreso de AMCAL de Veracruz, y no lo veía en persona desde mi visita a Guatemala. Fernando es un tipo muy terrenal y cercano. Y como nos suele pasar entre argentinos nos entendimos a la perfección, nos gustaba y disgustaba lo mismo en igual medida. Al menos no me sentía tanto solo especialmente si de comidas se trataba.

La visita a la Expo siempre terminaba en alguna conversación que se extendía más de lo habitual en algún stand. Tengo un gran defecto (creo que el único jajaja), no puedo cortar las conversaciones, me siento culpable y sigo y sigo hasta que algo o alguien me rescata.

Cuando subió Marcel Perret-Gentil al escenario tomé conciencia de que las vueltas del destino estaba habían tenido un guiño favorable, estaba siendo testigo de una charla que por poco se iba a tener que hacer virtual. Pero las ganas de Marcel por estar pudieron revertir la historia.

Luego fue el turno del Dr. Marco Meraz, altamente recomendado por la Dra. Yvonne y no se equivocó. Fue una charla más que interesante sobre Alzheimer, un enemigo conocido por todos directa o indirectamente.

El Dr. Javier Mota, mexicano radicado en USA y su charla “Más allá del diagnóstico de la salud animal: Desarrollo de marcadores bioanalíticos y estudios de terapia genética” cerraron la jornada de la mañana.

Nos fuimos al almuerzo, esta vez estaba más animado. Los mozos creo que ya me conocían, reconozco que por mi forma de ser a veces llamo un poco la atención (o por mi humildad como argentino), lo que a veces jugar a favor y otras no tanto. En este caso me ahorré que me alteraran el gusto de la carne con una salsa que parecía chocolate (no me acuerdo si era mole, creo que sí). Fernando B. en otra mesa repetía exactamente mis palabras: “Es chocolate esto”. Daba lo mismo si era dulce, picante o ácida, visualmente veía chocolate, que me encanta pero no con carne. No traten de analizarme, ya sé que soy complicado para comer. El mozo se apiadó de mí y me trajo el plato sólo con carne. A mi lado arrasaron con sus porciones, que envidia que comen tan rápido, yo si hablo no como y suelo hablar mucho, en fin, siempre soy el último en terminar el plato y apurando la cuestión.

Esta vez me comí un postre, estilo francés que no sabría describirlo, eran frutas con no sé qué (soy pésimo describiendo ropas, vestidos, lugares, comidas, ojalá que nunca tenga que hacer un identikit de un ladrón o asesino). Tomé un café y me volví con calma al auditorio. La pausa fue más larga porque la charla de LabDiet (anunciada en el programa) no se iba a hacer.

Empezó a hablar Javier Nieto Pico, un gran amigo que me ha dado la vida bioteril, una charla muy bien preparada, buscando el lado más científico que comercial.

Luego vino una de las presentaciones más entretenidas de la Expo, el Dr. Ignacio Álvarez, nos mantuvo a todos entretenidos con sus encuestas en tiempo real, tengo una fascinación por participar en votaciones de Twitter o Instagram, no sé cómo se llamará eso, o si tiene un nombre, tal vez me guste ver si soy parte de la mayoría o minoría. Me di el gusto de decirle a Ignacio que me encantó su presentación. Lo que demuestra que se puede usar la tecnología para hacer llegar un mensaje o tema, sea eutanasia, anestesia o monos de Cabo Verde, de manera entretenida y dinámica.

El Dr. Ángel Naranjo cerró la jornada con “Gestión de colonias de ratones alterados genéticamente”. Me fui ese día del auditorio con la tranquilidad y orgullo de que las ponencias no sólo fueron variadas y de gran calidad sino que los ponentes que se habían elegido habían ayudado a que el congreso sea un éxito en la parte académica.

Como organizador les confieso que lo más fácil es juntar a tres o cuatro personas y que cada uno hable sobre dos o tres cosas y se arma un congreso. Se ahorran gastos de pasajes, hoteles, comidas, etc. Pero no, apostamos a la cantidad y calidad y lo seguiremos haciendo aún con riesgo de que las cuentas queden en rojo.

Volvimos en el transfer al hotel, había planes para ir a cenar, viajé en el asiento de adelante y conversé largo y tendido con el chofer, que a esa altura tenía nombre: Samuel. La mejor forma de conocer una ciudad es dando vueltas y vueltas y hablando con los locales, sobre seguridad, transporte, economía, fútbol, tránsito y otras yerbas. Se trata de entender la idiosincrasia de la ciudad, que representa a un país pero es solo una parte. Todos me advertían sobre México y sus peligros, los narcos, los secuestros, los tiroteos, la inseguridad y tantas cosas. Yo me sentí muy seguro y a gusto en Ciudad de México, lugar a donde no dudaría irme a vivir, que lugar precioso, con tanta historia por conocer. Y tanta comida reconocida mundialmente que no me apetece probar.

Llegamos al hotel, en media hora había que volver a la recepción para desplazarnos a pie a la “Casa del Mariachi”, donde como se imaginarán había Mariachis tocando en vivo mientras uno trataba de comer y donde era imposible conversar o pedirle algo al mozo.

Me encantan los Mariachis pero no son compatibles con un grupo de personas que quieren interactuar y divertirse. Estaba Joanie T., canadiense que habla francés, inglés y español, que admiración que siento por esta gente (igual con vos Bernard Ch.). Yo solo hablo español y horrible, por eso escribo tan mal estos relatos. Fernando B. a mi izquierda, Ignacio A. a mi derecha, más alejados Hernán S. y Ángel N. Frente a mi Marcel PG y su esposa Nancy que solo hablaba inglés. Mi vocabulario es tan pobre que nunca podía decirle a Nancy lo que quería, siempre eran frases como “Yes, sure” “Of course” “Thanks for coming” y cosas que no quería pero salían. Perdón Nancy, desde los diez años que quiero aprender inglés y no hay caso.

Nos fuimos a nuestras habitaciones. El saldo de la jornada era muy positivo, a pesar de haber empezado tan mal el día.

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Seguiremos ofreciendo un espacio para todos aquellos que quieran participar y colaborar en esta cruzada educativa, porque tenemos muy claro que estaremos constantemente: “Aprendiendo de los Animales de Laboratorio”.

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